Ayer estuvimos hablando con Blanca Martínez, una madre que ha conseguido recoger más de 100.000 firmas en apoyo a su iniciativa crítica con el tiempo excesivo y la escasa utilidad de las tareas escolares en casa.
Todos los días, al acabar el colegio, su hijo Andrés se lleva a casa entre dos horas y media y tres horas de trabajo extra. Andrés es un niño de 10 años que cursa 5º de Primaria e intenta hacer todos los deberes que le mandan las profesoras.
Sus hermanas, Carla y María, van al mismo colegio, tienen mucha menos faena. Mientras Andrés está encerrado en su habitación haciendo los deberes, ellas juegan en el parque o ven la televisión. La mayoría de los días, cuando acaba, solo le da tiempo a cenar, ducharse e irse a dormir.
Es un niño que saca notables y sobresalientes, las profesoras dicen que es rápido en los exámenes y tiene buena comprensión lectora. Cuando su madre, Blanca, fue a hablar con las profesoras, le propusieron que limitara el tiempo de hacer los deberes y si no los acababa que asumiera las consecuencias.
"Es muy duro contarle a los profesores que un niño ha necesitado que le enseñen técnicas de relajación y a gestionar la presión por el exceso de deberes y que ni se compadezcan", nos contaba la madre.
Después de hablar con el director del colegio y no conseguir tampoco ninguna solución, Blanca comenzó una petición de firmas en Change.org "por la racionalización de los deberes en el sistema educativo español", que ha superado los 100.000 apoyos.
Actualmente, las tareas no están reguladas a nivel estatal, y normalmente, deciden los profesores o los centros.
El caso de Andrés refleja, los males del sistema actual en España: deberes excesivos, falta de coordinación entre profesores, tareas repetitivas, mecánicas e iguales para todos, sin tener en cuenta las necesidades individuales de cada niño. También provocan una serie de tensiones entre padres e hijos.
"No es perjudicial algún tipo de actividad, pero se ha de establecer un tiempo razonable", opina el catedrático de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad de Valencia. Un máximo de 40 minutos diarios al final de Primaria, y cerca de una hora en secundaria le parece suficiente.
Los deberes están tan arraigados en la cultura escolar que muchos los consideran una rutina indispensable. "Tienen que hacer los deberes para coger el hábito de estudio y así se preparan para la ESO"...
"Los deberes deberían de existir pero que sean proporcionales a la edad. Una cosa es recibir explicaciones, y otra, fijarlas en casa con ejercicios, estudio o memorización" defiende Luis Carbonel, presidente de la confederación católica de padres.
Y hasta aquí la entrada de hoy, espero que os haya gustado
Atentamente: Marta Cárceles
No hay comentarios:
Publicar un comentario